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Los grupos de apoyo para cuidadores son fundamentales para proporcionar un espacio libre de prejuicios donde los cuidadores pueden encontrar comprensión y apoyo de otras personas en situaciones similares. Facilitados por un consejero profesional o un facilitador capacitado, estos grupos ayudan a los miembros a procesar sus experiencias.
Los cuidadores a menudo enfrentan condiciones de gran preocupación, como el cuidado de personas con demencia, enfermedad de Alzheimer, enfermedades crónicas y otros deterioros relacionados con la edad. En estos grupos de apoyo, los cuidadores encuentran un recurso invaluable donde pueden expresar experiencias estresantes, sentimientos intensos y frustraciones personales en compañía de otros que comparten situaciones de vida similares. Este entorno brinda una escucha y comprensión empática auténtica, que a menudo no se encuentra en el círculo más amplio del cuidador.
«Es importante que los que brindan cuidado también se cuiden a sí mismos. Si el cuidador se siente muy cansado o estresado, podría enfermarse. En ese caso no puede brindar el cuidado que quisiera ofrecer».
Cuidar implica atender a alguien que, por su corta o avanzada edad o por un estado de salud deficiente, necesita atención y vigilancia especial. Esta tarea es doble: conocer las necesidades de la persona enferma y saber cómo satisfacerlas. La vida del cuidador suele organizarse en función de la persona a la que cuida, ajustando horarios, comidas, y trabajo, y a veces abandonando sus propias tareas o trasladándose al hogar del familiar enfermo.
Un cuidador es alguien que dedica gran parte de su tiempo y esfuerzo a ayudar a otra persona, generalmente un familiar, a desenvolverse en su vida diaria, proporcionando ayuda para adaptarse a sus limitaciones. Aunque en una familia todos pueden apoyar, lo común es que haya un cuidador principal, quien asume la mayor responsabilidad y esfuerzo en el cuidado del familiar con enfermedad avanzada o en situación de dependencia.
El impacto de ser cuidador puede llevar al «síndrome del cuidador», un conjunto de alteraciones médicas, físicas, psicoemocionales, e incluso problemas laborales, familiares y económicos que enfrentan quienes cuidan. Entre los problemas comunes abordados en los grupos de apoyo se incluyen la soledad, el agotamiento, los conflictos intrafamiliares, los cambios en la relación, la toma de decisiones, el autocuidado y la paciencia.
La soledad y el duelo ambiguo es una característica constante en la vida de muchos cuidadores. Esto sucede, por ejemplo, cuando la demencia u otra disfunción cognitiva del receptor del cuidado comienza a aumentar, el cuidador descubre que la persona, aunque todavía presente físicamente, empieza a ausentarse mentalmente.
El cambio de roles es otro tema relevante. Los cuidadores deben asumir nuevas responsabilidades que antes no les correspondían. La falta de paciencia, el enfado y convertirse en un defensor de las necesidades médicas y sociales del receptor del cuidado son situaciones cotidianas para los cuidadores. Discutir estas experiencias en grupo ayuda a manejar el estrés y la frustración.
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Cuidar a un ser querido implica experimentar diversas emociones en diferentes momentos. Esto es normal y son reacciones esperadas ante la situación. Participar en un grupo es un paso importante para tomarse un tiempo para reflexionar sobre estas emociones.
Al compartir su experiencia emocional en un espacio seguro y de contención, el cuidador encuentra alivio, validación y recursos para expresar sanamente el malestar. Puede sentir dolor emocional por la enfermedad del ser querido o por la pérdida de tiempo libre debido a las responsabilidades del cuidado. También puede sentir culpa por tener salud o por pensar que no está ayudando lo suficiente, y miedo por el deterioro progresivo de la salud del ser cuidado, así como soledad debido a pasar menos tiempo con otras personas.
Hablar con otras personas sobre estas emociones es crucial. Buscar apoyo en un grupo favorece el estado de ánimo del cuidador, evitando que el cuidado afecte su vida diaria de forma negativa.
No todo en el cuidado es negativo. Cuidar bien puede ser un refuerzo positivo para el estado de bienestar del cuidador. Sentirse bien y cuidar de uno mismo significa estar mejor capacitado y preparado para cuidar de otros. Para ello, es aconsejable:
En resumen, los grupos de apoyo para cuidadores no solo ofrecen un lugar para compartir y encontrar comprensión, sino que también ayudan a manejar la carga emocional y encontrar estrategias efectivas para los desafíos diarios.
Si se une a nuestros grupos de apoyo para cuidadores:
En Zerenly App contamos con un grupo de apoyo emocional para cuidadores donde podrás encontrar un espacio de contención y reflexión sobre este importante rol.