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Por Marcela Masserano.
Counselor especialista en acompañamiento en crisis, fin de vida, duelos y desarrollo personal y espiritual. Facilitadora de grupos de duelo en Zerenly.
Los animales juegan un papel crucial en nuestras vidas. No solo son compañeros leales y amorosos, sino que también se convierten en miembros significativos de nuestras familias. En muchas casas, las mascotas son vistas como hijos, hermanos y amigos incondicionales. Su presencia es una fuente constante de alegría, amor incondicional y consuelo, brindándonos una conexión emocional profunda y sincera. Sin embargo, la inevitable pérdida de estos seres queridos puede ser un momento devastador y doloroso que se experimenta con un duelo que es necesario afrontar con reconocimiento y apoyo.
En la sociedad actual, las composiciones familiares han evolucionado y los animales han asumido roles cada vez más significativos en nuestras vidas. Las familias ahora pueden incluir no solo a padres e hijos humanos, sino también a perros, gatos, conejos, aves y otros animales que llenan nuestros hogares de vida y amor. Estos animales no solo ocupan espacio físico en nuestras casas, sino que también crean vínculos emocionales profundos con cada miembro de la familia. Los animales aportan su presencia incondicional en nuestras vidas y esta integración profunda hace que su pérdida sea aún más difícil de soportar.
El vínculo emocional que compartimos con nuestras mascotas es único. A diferencia de las relaciones humanas, las mascotas nos ofrecen amor incondicional y compañía sin juicios ni expectativas. Este amor puro y desinteresado nos proporciona un refugio emocional en momentos de estrés y dificultad. Muchas personas que han sufrido la muerte de familiares cuentan cómo sus mascotas han sido su apoyo y compañía fundamental durante sus duelos. Nuestras mascotas están ahí en los buenos y malos momentos. Nos consuelan cuando estamos tristes, nos acompañan en la soledad y celebran con nosotros en tiempos de alegría. Este vínculo tan profundo y sincero es lo que hace que la pérdida de una mascota sea una experiencia tan dolorosa. Es importante recordar que el duelo es el dolor que experimentamos cuando vivimos pérdidas significativas en nuestras vidas y, por lo tanto, la muerte de un animal querido nos hace pasar por la experiencia natural de duelo.
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El duelo por la pérdida de una mascota es una experiencia intensa y personal. Al igual que con la pérdida de un ser humano querido, no hay una forma correcta o incorrecta de elaborarlo. Cada persona vive el duelo de manera diferente y no hay un tiempo definido para superarlo ni un ranking de dolor. Algunas personas pueden encontrar consuelo en unas pocas semanas, mientras que otras pueden necesitar meses o incluso años para procesar completamente su pérdida. El dolor del duelo puede manifestarse de diversas formas: tristeza profunda, sentimiento de vacío, culpa, e incluso ira. Es importante reconocer y validar estos sentimientos, ya que son una parte natural del proceso de duelo. No hay una fórmula mágica para superar esta pérdida; cada persona debe encontrar su propio camino hacia la sanación.
El duelo por una mascota está socialmente desautorizado. “¿Cómo vas a estar así por la muerte de tu perro? Si quieres, te regalo otro. Con tantas cosas malas que pasan y tanta gente que sufre, ¿vas a estar así por un gato?” Seguro que has escuchado muchas de estas preguntas y afirmaciones. Por ello, el duelo por un animal integrante de la familia no puede ser vivido en su intensidad, en sus tiempos, ni de la manera necesaria para integrar la pérdida, ya que, al no ser considerado ni valorado socialmente como una pérdida importante, se deja al doliente en soledad. La persona en duelo no cuenta con el apoyo necesario para expresar su dolor, y en cambio, experimenta vergüenza, silencio, inhibición y sufrimiento en soledad.
Por todo lo dicho, la muerte de nuestro compañero puede tardar mucho tiempo en superarse. Esto se debe a que no se da un espacio seguro para realizar el proceso de duelo que lleve a la sanación. Comprender empáticamente el sufrimiento de quien ha perdido a su mejor amigo es respeto, es humanidad, es amor. Solo es posible para quien ha tenido la suerte de conocer ese tipo incondicional y especial de amor.
Buscar apoyo durante el duelo por la muerte de un animal querido es esencial para la recuperación emocional. Hablar sobre nuestra pérdida y nuestros sentimientos con otras personas puede ser muy terapéutico y garantiza la sana elaboración del duelo.
La pérdida de un compañero animal es una experiencia profundamente dolorosa y personal. Sin embargo, al darnos tiempo para el duelo, al reconocer y validar nuestro dolor, buscar apoyo y encontrar formas significativas de honrar su memoria, podemos comenzar a sanar. Nuestros seres queridos animales siempre tendrán un lugar especial en nuestros corazones, y su amor incondicional y recuerdos seguirán siendo una fuente de consuelo y alegría a lo largo de nuestras vidas.
En Zerenly existe apoyo disponible para que transites este proceso:
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