Zerenly

¿Compartes demasiado en redes sociales?

¿Compartes demasiado en redes sociales?

Son las ocho de la mañana, recién me levanto y ya estoy subiendo una foto de mi desayuno con la frase: “no soy persona sin mi café ”. Después voy al colegio, y ahí va otra story: el outfit del día, la fila en el transporte público, la selfie con cara de sueño. A la tarde subo mi cuaderno abierto con un “estudiar es sufrir”, y a la noche, foto llorando porque me peleé con mi mejor amiga.

¿Es demasiado? ¿Estoy contando toda mi vida? ¿O simplemente estoy buscando sentirme un poco menos sola?

Bienvenida al mundo del oversharing.

¿Qué es oversharing en realidad?

El oversharing no es solo escribir un post larguísimo confesando tus emociones. También aparece cuando subís absolutamente todo lo que hacés: qué comiste, a dónde fuiste, con quién hablaste, qué música escuchaste, hasta tu rutina de skincare paso a paso.

No es que esté “prohibido”. Es más como una pregunta que nos hacemos: ¿estoy compartiendo porque quiero o porque siento que si no lo muestro, no cuenta?

El oversharing incluye dos grandes áreas:

  • Lo cotidiano: el minuto a minuto de tu día (la comida, la clase aburrida, la caminata con tu perro).
  • Lo íntimo: tus pensamientos más profundos, las peleas, los bajones, las confesiones que tal vez contarías en confianza.

¿Por qué contamos tanto?

Subir una foto de tu merienda puede parecer una tontería, pero cuando alguien responde “amo esas galletitas”, ya no estás sola en tu habitación. Y cuando compartís que te sentís triste y alguien contesta “te entiendo”, sentís que alguien te acompaña.

En otras palabras, el oversharing puede ser como abrir la ventana de tu casa: dejas que otros miren un poquito tu mundo y vos también ves que hay más gente ahí afuera.

¿Y dónde está el límite?

No hay una regla escrita, pero sí algunas pistas para detectarlo:

  • Si tu día no parece real hasta que lo posteas, tal vez estás dependiendo demasiado de la validación online.
  • Si después de subir algo te quedás con ansiedad esperando reacciones, puede que estés compartiendo más de lo que en verdad quieres.
  • Si mostraste detalles que mañana te darían vergüenza, ahí hubo sobreexposición.

El truco está en preguntarte: ¿lo hago porque quiero o porque siento que “debo” mostrarlo?

¿Está mal exponer mi intimidad?

Abrirse y mostrar quién sos no tiene nada de raro. Lo hacemos siempre: antes en cartas, diarios secretos o llamadas eternas. La diferencia es que ahora tu “diario” está público, y a veces lo leen personas que no necesariamente te conocen.

Mostrar tu intimidad puede ser liberador. El problema surge cuando la exposición empieza a dejarte agotada, arrepentida o sintiendo que ya no queda nada solo para vos.

Lo positivo de mostrar tanto

  • Conexión: tus posts son como pequeños hilos que te unen con otras chicas que piensan o sienten lo mismo.
  • Alivio: contar lo que pasa en tu día o tus emociones baja un poco la presión interna.
  • Identidad: mostrar lo que hacés también es una forma de decir “así soy yo”.

Lo que puede jugar en contra

  • Agotamiento: estar siempre “al aire” termina cansando.
  • Cringe del futuro: ese video que hoy te parece genial, mañana te puede incomodar.
  • Huella digital: lo que subís queda dando vueltas, aunque lo borres.
  • Falsa intimidad: a veces creés que conectas con todos, pero en realidad no todos merecen conocer cada detalle de vos.

Tips para no perderte en el oversharing

  1. El filtro del futuro: antes de publicar, pregúntate si tu yo del futuro estaría orgullosa o se taparía la cara de vergüenza.
  2. Elige qué es solo tuyo: está bueno reservar momentos que no vayan a stories, aunque parezcan mínimos.
  3. Diferencia audiencias: usá “mejores amigos” o grupos cerrados para lo más íntimo.
  4. Chequea tu emoción: si lo subís con calma, bien. Si lo subís en medio de un enojo o llanto, tal vez esperá un rato.
  5. Equilibrio: no hace falta compartir todo; a veces guardar también es una forma de cuidarte.

El lado divertido del oversharing

Aceptémoslo: todas tenemos un post que hoy nos da risa o vergüenza. Esa foto del desayuno con filtro vintage, la selfie llorando con “Sad songs only”, el hilo eterno tipo novela dramática, o el TikTok bailando mal editado que todavía circula entre amigas.

No te castigues por eso. Crecer en la era digital significa tener un archivo vivo de tus emociones y rutinas. Si tu mamá guardaba cartas o diarios, vos guardás post y recuerdos en la nube. Cada generación con su estilo.

Entonces, ¿es oversharing si me ayuda a sentirme menos sola?

El oversharing puede ser alivio, compañía y hasta diversión. La clave está en observar cómo te deja después:

  • Si te da calma y conexión, es parte de tu forma de expresarte.
  • Si te genera ansiedad, arrepentimiento o te drena, capaz es momento de reservar más cosas para vos.

No se trata de mostrar todo o nada, sino de elegir con conciencia qué querés compartir y qué preferís que quede en tu intimidad o para una charla de amigas.

Para cerrar

Tu vida no necesita estar publicada para tener valor. Podés compartir tu café de la mañana, tu playlist favorita o un pensamiento profundo si te nace. Pero también está bien guardar para vos esa charla especial, esa tarde aburrida o ese llanto en tu cuarto.

Porque al final, la verdadera compañía no depende de cuántas stories subas, sino de cómo te sentís con vos misma mientras vivís todo eso.

Y recuerda: a veces la mejor story es la que nunca llegó a subir.

Notas relacionadas

¿Qué aconsejan nuestros especialistas?