Zerenly

Terapias para jóvenes: ¿cuál elegir según tu forma de ser?

Terapias para jóvenes: ¿cuál elegir según tu forma de ser?

Cuando sabés que necesitás ayuda… pero no sabés por dónde empezar

Decidiste dar el paso: querés empezar terapia. Tenés ansiedad, estrés, dudas existenciales o simplemente sentís que tu cabeza es como un navegador con 87 pestañas abiertas. Hasta ahí, todo bien. El tema es: ¿y ahora qué?

Porque sí, la palabra “terapia” suena tranquilizadora… hasta que descubres que no existe una sola, sino un buffet interminable de opciones. Desde las clásicas con sillón y diván hasta las que podés hacer en pijama por videollamada. Y ahí arranca el dilema: ¿cuál me sirve a mí?

¿Cómo saber si una terapia me va a servir?

No existe un test mágico que te diga “esta terapia es tu alma gemela”, pero sí hay pistas:

  • Tu estilo de personalidad. Si sos de hablar mucho, analizarte y buscar significados ocultos, algunas terapias se te van a dar más fácil.
  • Tus objetivos. ¿Quieres alivio rápido para la ansiedad? ¿Buscas conocerte a fondo?
  • Tu paciencia. Algunas terapias son más breves y directas; otras necesitan tiempo y constancia.

Elegir terapia es como elegir zapatillas: hay que probar y ver con cuál caminás mejor.
Algunas opciones son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): práctica, directa, va al grano. Ideal si querés estrategias concretas para la ansiedad o pensamientos negativos.
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): te ayuda a dejar de pelearte con lo que no podés controlar y enfocarte en lo que sí.
  • Mindfulness y terapias basadas en meditación: perfectas si buscás algo menos verbal y más conectado al presente.

¿Y el psicoanálisis?

Muchos jóvenes arrancan diciendo: “no quiero pasar años hablando de mi niñez”. Y ojo, eso es válido… aunque también hay quienes descubren que volver a la infancia ayuda a entender cosas de hoy.

El psicoanálisis sigue siendo popular en muchos países. Se centra en explorar tu historia personal, tus emociones más profundas y cómo tu pasado influye en lo que te pasa hoy.

  • Si sos de filosofar, de buscar “el por qué” detrás de lo que sentís, puede resultarte muy enriquecedor.
  • Si preferís soluciones rápidas y concretas, quizás no sea tu primera elección.

Lo importante: hoy existen psicoanálisis de distintas duraciones, no todos implican “diez años en un diván”.

Frustración por terapias que “no funcionaron”

Tal vez ya probaste algo y no conectaste. Te aburriste, no confiaste en la persona, o sentiste que estabas pagando para charlar lo mismo que con tu amiga.
Dato clave: que una terapia no te haya funcionado no significa que todas sean iguales. Puede que no haya sido tu momento, tu estilo o simplemente la relación con ese profesional. Terapia también es química: necesitás sentir confianza.

Nuevos formatos: terapia sin diván

La pandemia cambió todo. Hoy podés hacer terapia por videollamada, chat o incluso apps.

  • Terapias online: ideales si preferís escribir o te cuesta expresarte cara a cara.
  • Grupos de apoyo virtuales: alivian el “solo me pasa a mí”.
  • Terapia breve estratégica: va directo a resolver un problema puntual.

La terapia ya no es solo sillón, silencio incómodo y un cuaderno lleno de anotaciones del terapeuta.

Terapias para jóvenes con ansiedad

La ansiedad es la consulta más común entre adolescentes y jóvenes. Las más efectivas suelen ser:

  • TCC: enseña técnicas concretas para manejar pensamientos obsesivos.
  • Acompañada de Mindfulness: ayuda a bajar revoluciones.
  • Grupos de apoyo: escuchar a otros con lo mismo genera alivio inmediato.
  • Psicoanálisis: útiles si sentís que tu ansiedad está ligada a patrones más profundos de tu historia.

Elegir según tu forma de ser

Un mini mapa que puede orientarte:

  • Sos práctica/o y querés resultados claros: TCC o terapia breve.
  • Sos intensa/o y querés entenderte a fondo: psicoanálisis o humanista.
  • Sos ansiosa/o y no parás de pensar: ACT o mindfulness.
  • Sos más digital que presencial: apps, chat o grupos online.

No hay respuesta única. Lo central es que el espacio te sirva y sientas que salís con algo más que cuando entraste.

Consejos clave antes de elegir

  1. Permítete probar. No te cases con la primera terapia.
  2. Pregunta sin miedo. Es tu derecho saber cómo trabaja el/la terapeuta.
  3. Chequea cómo te sientes. Si no hay confianza, no avanza.
  4. No te frustres. A veces hay que ajustar y cambiar de estilo.
  5. Recuerda que no estás sola/o. Muchísima gente joven pasa por lo mismo.

En resumen

Empezar terapia es como entrar a un gimnasio para la mente. Hay muchas máquinas distintas: algunas aburren, otras enganchan, otras cambian tu vida. Lo importante es animarse a probar, porque el peor error es quedarte afuera pensando “no sé cuál elegir”.

Notas relacionadas

¿Qué aconsejan nuestros especialistas?